REDES SOCIALES

30 segundos de fama

Streamers, youtubers, tiktokers, instagramers... Lo que rápido llega, rápido se va.

En 1968, el artista plástico norteamericano Andy Warhol aventuró: "En el futuro, todos tendrán sus 15 minutos de fama".

Casi cuatro décadas más tarde, su profecía comenzó a cumplirse con el surgimiento de la Web 2.0.

Cualquier mortal podía crear un perfil en Facebook, MySpace, Fotolog, YouTube o Blogspot y publicar allí sus fotos, videos o textos, para que otros (conocidos y desconocidos) pudieran observarlo, leerlo y comentarle. Toda una novedad.

Con el correr del tiempo fueron multiplicándose las plataformas para publicar contenido: Twitter, Instagram, Snapchat, Medium, Tumblr, TikTok, Twitch, Periscope, Livestream, Ustream, y siguen las firmas.

Entonces, convertirse en una estrella de las redes era posible. Todo al alcance de todos, y a un clic de distancia.

Hace unos días, en un grupo de WhatsApp que tenemos con unos amigos, discutíamos sobre marketing digital, comunicación, nuevas tecnologías y medios tradicionales, que es básicamente a lo que me dedico desde hace 23 años.

Uno de mis amigos sostenía que nos encontrábamos frente a un cambio de paradigma y que los streamers, los youtubers, los tiktokers y los instagramers les estaban disputando el negocio a los grandes dinosaurios de la industria del entretenimiento.

Nada más lejos.

Si bien es cierto que en los últimos diez años los medios tradicionales (radio y televisión) vienen experimentando fuertes bajas en sus niveles de audiencia, esto no significa que vayan a morir -por lo menos, no en el corto y mediano plazo-, y mucho menos que streamers, youtubers, tiktokers e instagramers les estén arrebatando el mercado.

Para El 13, Telefe o América la amenaza no es El Rubius, Santi Maratea, Ibai o Luisito Comunica, sino corporaciones mucho más grandes que se quedan con una importante porción de la torta publicitaria, como Facebook, Google o Amazon, que son las propietarias de las plataformas en donde todos estos personajes vuelcan sus contenidos y millones de personas los consumen. Y gratis. Es justo decirlo. Porque habría que ver cuántos estarían dispuestos a pagar por eso.

Lo que rápido llega, rápido se va. Veamos en unos años dónde está cada uno.


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