Tregua PRO-LLA: Macri y Milei, lejos de la milanesa, cerca de la rosca bonaerense

El primer acercamiento entre Javier Milei y Mauricio Macri, después de una serie de fuertes cruces pre y post elecciones porteñas, abrió las puertas a una tregua que en el Gobierno consideran "sin vuelta atrás". Sin embargo, por ahora, un encuentro personal entre el Presidente y el jefe del PRO -esos que solían terminar en una "milanesa" compartida- no está en el horizonte. La Casa Rosada sugiere que, hasta que no se cierren los detalles de la negociación en la provincia de Buenos Aires entre Cristian Ritondo y Sebastián Pareja, el plato favorito deberá esperar.

En Balcarce 50, a 24 horas del intercambio de mensajes entre ambos líderes, calificaron el chat de Macri como un "buen gesto", aunque no los sorprendió. "Mauricio ya había mandado algunos meta mensajes, al decir que seguía la negociación en la Provincia y dejarla en manos de Cristian (Ritondo). Estuvo bien. Y nosotros también, con lo de la tábula rasa", deslizó un funcionario, refiriéndose a la frase que el vocero Manuel Adorni reutilizó para indicar la voluntad oficialista de "borrón y cuenta nueva" con sus aliados tras los roces de la batalla por la Ciudad.

De todas formas, en el Gobierno reconocen que las acciones no siempre son lineales y que los planes de los "armadores" pueden desbaratarse por la espontaneidad presidencial. De hecho, el fin de semana, el plan era evitar humillar públicamente a Macri, pero tanto Guillermo Francos, jefe de Gabinete, como el propio Milei, terminaron por calificarlo de "nervioso" y "llorón", para finalmente sentenciar que "su momento pasó" al día siguiente de los comicios. Los estrategas estaban sorprendidos, pues habían comunicado a la prensa la intención de acercar posiciones. "Milei es una persona temperamental, y realmente estuvo enojado. Después bajó cambios, pero al principio lo dejó saber", justificaron.

La encrucijada bonaerense: sellos, liderazgos y negociadores bajo la lupa

En La Libertad Avanza (LLA), como adelantó Infobae, están dispuestos a ceder en la identidad libertaria para las elecciones locales (legisladores y concejales en septiembre), abriendo la puerta a un frente con el PRO y otros aliados que no se denomine exclusivamente LLA. La cúpula libertaria prioriza los comicios nacionales y cree que los dirigentes del PRO que aún responden a Macri no tendrán más opción que "pintarse de violeta".

Sin embargo, Ritondo ya avisó que no están dispuestos a "pases" entre fuerzas. Desde Balcarce 50, en una línea conciliatoria que Milei mismo pareció adoptar -al contar que cenó el jueves con Ritondo-, sugirieron una salida "tangencial": un frente que lleve el nombre de La Libertad Avanza. "El nombre es innegociable", sostuvo un asesor. "No es un tema de juzgar al otro, sino del hecho fáctico de que hay un sello que mide y otro que no", añadió, remarcando que "los dirigentes del PRO no se pasan porque les gustan las ideas de Javier, sino porque es el que mide. El que mide es el que lidera".

Las charlas en los 135 distritos bonaerenses se llevaron a cabo inicialmente entre Ritondo y Santiago Caputo, y en ocasiones, por la propia Karina Milei, titular de LLA a nivel nacional. Pero en la última etapa, quedaron en manos de Sebastián Pareja, colaborador de la hermana del Presidente en la PBA. Ahora, además de no haber una fecha clara para retomar formalmente esos diálogos, en la Casa Rosada deslizan que el arquitecto de Karina podría dejar de ser el único interlocutor libertario con los caciques macristas de la provincia. Aunque no especifican a quién sumarían a esa mesa o si sería la misma "Jefa", como Milei llama a su secretaria general.

Esto surge tras fuertes cuestionamientos de sectores afines a Santiago Caputo, que se identifican con la marca "Las Fuerzas del Cielo", por algunos dirigentes convocados por Pareja a nivel local para coordinar en el territorio y, a futuro, conformar las nóminas. En el círculo del "armador" aseguran que su rol como negociador con el PRO está firme. De hecho, su foto con Ritondo semanas atrás fue una señal en ese sentido. No obstante, en la sede del Gobierno, algunos interpretaron esa imagen como una muestra de debilidad: dicen que, si bien seguirá debido a su "valor" y la confianza de Karina Milei, dudan que lo haga con la misma autoridad que hasta ahora.