Alerta en el sistema de salud: Médicos municipales advierten que "la sociedad paga el precio del deterioro laboral"
La Asociación de Médicos Municipales de CABA lanzó un duro comunicado, señalando que la crisis laboral que atraviesan los profesionales de la salud, con salarios bajos y condiciones precarias, no solo los afecta a ellos, sino que impacta directamente en la atención, el bienestar y el acceso a los servicios de salud de toda la población. La entidad enfatiza que el conflicto del Garrahan es solo un síntoma de un problema más profundo.
El Comité de Presidencia de la Asociación de Médicos Municipales de la Ciudad de Buenos Aires emitió hoy un contundente comunicado, alertando sobre la grave crisis que atraviesa el trabajo de los profesionales de la salud en Argentina. Lejos de ser una mera función técnica, el trabajo médico es un pilar fundamental para el derecho a la salud de toda la sociedad. Sin embargo, advierten, el personal sanitario altamente capacitado enfrenta una profunda desvalorización: se les exige compromiso, pericia y absoluta dedicación, pero el sistema responde con salarios bajos, condiciones laborales precarias y escaso reconocimiento.
Esta situación, según la entidad, no solo afecta directamente a los médicos, sino que repercute en toda la comunidad, poniendo en riesgo la calidad y la accesibilidad de la atención sanitaria. El comunicado surge en medio del reciente conflicto en el Hospital Garrahan, que visibilizó las demandas de residentes y otros profesionales por salarios insuficientes -que no cubren la canasta básica-, jornadas laborales extenuantes de más de 70 horas semanales con guardias de 24 a 36 horas, y la falta de reconocimiento a su alta capacitación y responsabilidad. Todo esto, según los médicos, está llevando al éxodo de profesionales y poniendo en jaque la calidad de la atención en instituciones de referencia.
La salida de médicos del sistema público, su migración al extranjero o incluso el abandono de la profesión se ha convertido en una tendencia silenciosa pero persistente en Argentina. Este fenómeno, que se desarrolla sin grandes estridencias, responde a una convicción cada vez más extendida entre los profesionales: "ya no se puede más".
La pérdida de valor del trabajo médico y sus consecuencias
La principal preocupación de la Asociación, según su comunicado, es el profundo deterioro del valor y las condiciones del trabajo médico en el país, una situación que amenaza la sostenibilidad del sistema de salud y el acceso de la población a la atención sanitaria. El Comité de Presidencia subraya que el rol del médico ha "perdido su valor real" en la sociedad argentina actual. "Se espera del médico dedicación absoluta, disponibilidad constante y pericia profesional, pero el sistema le responde con remuneración indigna, condiciones de trabajo precarias y una creciente sensación de abandono", señala el texto.
Esta problemática no se limita a un sector específico, sino que atraviesa todos los niveles del sistema sanitario: hospitales públicos saturados, servicios privados enfocados en la rentabilidad y obras sociales que demoran meses en efectuar pagos. La institución médica remarcó que el trabajo médico, que debería ocupar un lugar central en cualquier estrategia sanitaria, aparece hoy "desdibujado, exigido, desprotegido".
La situación ya no es una simple queja sectorial, sino una pregunta que interpela a toda la sociedad: "¿cómo puede sostenerse un sistema que no cuida a quienes lo sostienen?", planteó el Comité. El texto enfatiza que esta crisis no surgió de manera repentina, sino que es el resultado de un deterioro progresivo y prolongado, alimentado por la fragmentación del sistema de salud argentino, la falta de planificación y la incorporación de "lógicas de mercado".
El comunicado detalla que, "mientras se consolidaba la idea de la salud como una mercancía, el trabajo médico comenzó a evaluarse en términos de rentabilidad. Se dejó de reconocer su valor social y se lo sometió a reglas comerciales que, por definición, le son ajenas: plazos, tarifas, productividad". Como consecuencia, los médicos se ven obligados a desempeñar múltiples trabajos para alcanzar ingresos básicos, sacrificando su descanso y su formación continua, lo que genera una rutina cada vez más deshumanizante.
Un llamado a la acción: "Sin ellos, la salud deja de ser un derecho"
Contextualizando el problema argentino en un marco internacional, la entidad médica recordó que los modelos sanitarios surgieron como respuesta a necesidades sociales concretas, citando los casos de Alemania con Bismarck (seguro de enfermedad obligatorio) y el Reino Unido con el modelo Beveridge (sistema financiado por impuestos, gratuito y concebido como un derecho ciudadano). Ambos compartían la idea de la salud como un bien colectivo, en contraste con el modelo liberal de países como Estados Unidos y Suiza, donde la salud se considera un bien individual sujeto a las reglas del mercado: "Accede quien puede pagar y a lo que puede pagar", puntualizó el comunicado.
La Asociación de Médicos Municipales de la Ciudad de Buenos Aires advierte que la fragmentación del sistema de salud argentino -dividido en subsistemas privado, de obras sociales y público, sin coordinación ni gobernanza- y la mercantilización de la atención médica han debilitado el rol del profesional. "De garante del derecho pasó a ser un mero proveedor de servicios", sostuvo. Esta transformación ha reducido al médico a un "eslabón funcional" dentro de un engranaje que prioriza la rentabilidad sobre el valor social de la profesión.
El agotamiento y la frustración predominan, llevando a los médicos a abandonar el sistema público, emigrar o incluso dejar la profesión. "Lo hacen en silencio, sin dramatismo, pero con una convicción creciente: ya no se puede más. Porque no se puede sostener una vocación sin respaldo. No se puede cuidar a otros cuando el propio cuidado está ausente", expresaron.
Esta situación no solo afecta a los profesionales, sino que tiene consecuencias directas sobre la sociedad: "Cuando un profesional renuncia o se enferma por exceso de trabajo, no es solo su historia la que se afecta. Son cientos, miles de pacientes que pierden acceso, continuidad, contención", advirtió la entidad. El impacto de este deterioro trasciende el ámbito médico y repercute en la calidad y accesibilidad de la atención sanitaria para toda la población.
El Comité de Presidencia enfatizó que "la sociedad entera paga el precio del deterioro del trabajo médico". Por ello, consideran insuficiente limitarse a aplaudir a los profesionales de la salud en momentos de crisis o elogiar su vocación de manera abstracta. "Es hora de actuar", reclamaron en el texto. La revalorización del médico como actor esencial en la salud colectiva es, según el comunicado, una condición indispensable para un sistema de salud humanizado, justo y sostenible.
Esta revalorización implica "garantizar remuneraciones justas, condiciones dignas de trabajo, tener acceso a formación continua y una participación real en la toma de decisiones". Pero, sobre todo, exigieron recuperar un valor fundacional: "que el derecho a la salud no se protege con discursos sino con personas. Y esas personas no pueden seguir siendo invisibles, exigidas, precarizadas".
La entidad concluye que, para que la salud siga siendo un derecho humano y no una promesa vacía, es imprescindible empezar por revalorizar a quienes la sostienen: "Si queremos un sistema de salud humanizado, justo y sostenible, debemos empezar por revalorizar a quienes nos protegen: a los médicos y a todo el personal de salud. Porque sin ellos, la salud deja de ser un derecho humano y se convierte apenas en una promesa vacía". El llamado es claro: reconocer y proteger a los profesionales de la salud es fundamental para construir una sociedad más justa y solidaria.