FRANCIA

Paro General a Macron y crisis en las refinerías

El gobierno busca desactivar la conflictividad social después de la huelga prevista para el martes. Cómo afecta a Macron el paro en las refinerías y el debate por los presupuestos.

Emmanuel Macron se enfrenta a una huelga general en Francia por la pérdida del poder adquisitivo, en medio de un paro en las refinerías y las negociaciones para aprobar los presupuestos de 2023. El presidente tiene que medir el equilibrio de fuerzas en las calles y en la Asamblea Nacional, donde su base aliada se muestra menos cohesionada de lo que pensaba y la oposición de la ultraderecha de Marine Le Pen y de la izquierda, liderada por Jean-Luc Mélenchon, amenaza con bloquear al gobierno.

Los sindicatos franceses convocaron a un paro para mañana martes después de la marcha del domingo, que según los organizadores convocó a 140 mil personas en el centro de París. "¡Macron es caos!", aseguró Mélenchon, quien responsabilizó al presidente por el desabastecimiento de combustible producto de la paralización que llevan adelante los empleados de Total Energies. El conflicto lleva tres semanas y Macron ordenó requisas para normalizar la situación, pero la medida que obliga a los trabajadores a volver a sus puestos, es vista por los sindicatos y la izquierda como una violación al derecho a huelga.

La respuesta del gobierno no hizo más que encender a los trabajadores del sector y ahora se les sumaran los del transporte, maestros y funcionarios públicos. El desabastecimiento en las estaciones de servicio impacta tanto sobre la imagen de Macron como el descontento por la disparada de la inflación -en septiembre llegó al 5,6% y la acumulada este año es del 4,6%- y la insistencia del oficialismo en aumentar la edad de jubilación de los 62 a los 65 años, una promesa de campaña que le valió numerosas protestas durante su primer mandato.

Esta va a ser una batalla muy larga. Esto puede llegar a ser el inicio de un ciclo prolongado como fue el de los chalecos amarillos, pero en un contexto mucho más complicado y explosivo.

Jean-Luc Mélenchon.

Macron, que fue reelecto a finales de abril en segunda vuelta frente a Le Pen, se reunió este lunes con la primera ministra Élisabeth Borne y los ministros de Economía, de Transición Energética y Transporte. El presidente prometió que resolverá la crisis de abastecimiento de combustible lo más rápido posible.

Sin embargo, la movilización social es solo uno de los frentes que acosan a Macron. El mandatario ya deslizó que no dudará en usar el artículo 49.3 de la Constitución y aprobar los presupuestos por decreto si no se garantiza los votos necesarios. De los 577 diputados de la Asamblea, el oficialismo retiene 250 si se cuentan a los de Renacimiento, el partido de Macron, Movimiento Democrático y Horizontes. El problema es que la coalición de Macron empieza a mostrar indicios de desgaste.


  Élisabeth Borne, primera ministra de Francia.  


Por el momento, Macron se mantiene inflexible con los trabajadores de las refinerías y además promete que avanzará con la reforma a las pensiones.  De esta manera, Macron inaugura su segundo mandato con protestas en aumento, descontento social y sindical y con menos respaldo político. Serán cinco años difíciles, con la guerra en Ucrania como telón de fondo y un escenario que le impide aplicar su programa liberal de transformaciones. Es un mal augurio para uno de los pocos líderes europeos que intentó tomar la iniciativa en el conflicto entre Rusia y Ucrania y en las respuestas conjuntas de la UE a una realidad económica que pone al continente al borde de la recesión. 

Fuente, La Política Online

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