GABINETE

Sin cambios de fondo, Milei busca exhibir una nueva dinámica tras la derrota electoral

La decisión del Presidente es clara: no habrá modificaciones en el equipo de gobierno ni en su programa económico, pero se buscará exhibir una nueva "dinámica" en la toma de decisiones para evitar un mayor deterioro de cara a las elecciones de octubre.

A pesar de la presión, Milei no está dispuesto a resignar su bandera del déficit cero, un capital político que considera clave para mantener la inflación controlada. En la Casa Rosada, la estrategia se centra en dos ejes principales:

Acuerdo de gobernabilidad: El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el asesor presidencial, Santiago Caputo, recibieron luz verde para buscar un acuerdo con los gobernadores. La idea es mostrar una real voluntad de diálogo y negociación, cediendo en temas de gestión o en la discusión legislativa, pero sin tocar el equilibrio fiscal. La principal duda, sin embargo, es hasta dónde está dispuesto a ceder el Gobierno en temas sensibles como el financiamiento universitario o los fondos para el Hospital Garrahan.

Milei al frente: La nueva estrategia de comunicación buscará mostrar al Presidente como un líder activo y al mando. Para ello, Milei ha modificado su rutina, encabezando cónclaves diarios con sus ministros. La idea es que refuerce el mensaje de que "el rumbo no se toca", pero con mayor "empatía" hacia el esfuerzo de los argentinos, en un intento por reconectar con el sentir social.

La interna de poder y las dudas persistentes

A pesar de las críticas internas, Milei decidió no remover a los principales armadores políticos señalados por la derrota, como Eduardo "Lule" Menem y Sebastián Pareja, ya que percibe que cualquier cambio sería una señal de debilidad.

No obstante, la derrota validó de manera tácita al ala de Santiago Caputo, que había advertido sobre los errores de la campaña. Si bien el asesor presidencial mantuvo reuniones clave con el "triángulo de hierro" del poder libertario, todavía no ha asumido el "joystick" de la gestión. El Gobierno, por ahora, prefiere no detonar fusibles y apuesta a que el cambio de actitud del Presidente será suficiente para contener la crisis.

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