El peronismo, esperanzado tras el triunfo en Buenos Aires, evalúa su estrategia para octubre
El triunfo disipó el temor a una "ola violeta" y generó la sensación de que, a pesar de las derrotas de La Libertad Avanza en otras provincias, la batalla electoral es ahora más pareja.
Las dudas que persisten en el peronismo
La lista nacional y el trabajo territorial: La conformación de la lista nacional genera malestar entre los intendentes del PJ, que se quejan de no tener representación y de que los candidatos elegidos no tienen peso político. Esto levanta dudas sobre si las estructuras municipales movilizarán todo su aparato para la campaña de octubre.
El desdoblamiento electoral: La decisión del gobernador Axel Kicillof de separar la elección provincial de la nacional es el centro de la tensión. Aunque la jugada se considera clave para el triunfo bonaerense, algunos dirigentes cercanos al kirchnerismo culpan a Kicillof de cualquier resultado negativo en octubre. En La Plata desmienten que el gobernador sea el responsable del armado de la lista, aunque reconocen que fue una opción para evitar una ruptura interna.
La visión de la coalición y el diagnóstico del triunfo
Dentro del peronismo, el resultado del domingo se interpreta de diversas maneras. Algunos lo ven como un espaldarazo a la coalición y un "triunfo del peronismo sobre la gestión de Javier Milei". Sin embargo, otros legisladores son más cautos, afirmando que "la elección ni en pedo está ganada".
Una parte del peronismo sostiene que el triunfo se explica más por el fracaso del oficialismo que por su propio éxito, ya que un gran número de votantes de Milei se abstuvo de participar. Por eso, creen que la clave para octubre es mantener su estrategia actual y esperar que el Gobierno se desgaste con sus propios problemas, sin la necesidad de forzar cambios en su plataforma.