La multa millonaria que puede recibir un conductor si presenta una licencia trucha en Buenos Aires
Es importante estar atento a los nomencladores de las infracciones, que pueden llegar a ser elevadas según el tipo que se cometa.
La Agencia Nacional de Seguridad Vial volvió a advertir sobre un problema que, lejos de ser esporádico, aparece con frecuencia en los controles: la presentación de licencias de conducir falsificadas. Más allá de la retención inmediata del vehículo, quienes intentan circular con documentación adulterada se exponen a multas que en la provincia de Buenos Aires pueden superar ampliamente el millón de pesos.
El organismo recordó que la licencia apócrifa no es una "falta" común ni una infracción administrativa: se considera un delito penal. Por eso, además de la sanción económica, el caso pasa directamente a la Justicia y puede derivar en imputaciones por uso de documento público falso.
La advertencia tomó fuerza tras un operativo realizado en la Ruta Nacional 34, donde un chofer intentó engañar a los agentes con un plástico sin hologramas ni medidas de seguridad. Según los inspectores, el propio conductor admitió que había comprado la licencia a través de redes sociales.
Qué consecuencias tiene circular con una licencia falsificada
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Multas que en la provincia de Buenos Aires pueden llegar a $1.700.000.
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Apertura de una causa penal por uso de documento público falso.
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Retención inmediata del vehículo y prohibición de continuar la marcha.
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Obligación de presentar un conductor habilitado para poder seguir circulando.
La Ley Nacional de Tránsito (24.449) exige que cada conductor esté habilitado para manejar el tipo de vehículo que utiliza y porte la licencia correspondiente. Si no cumple con este requisito, el tránsito se interrumpe en el acto y se labra una infracción considerada falta grave.
Durante los controles, los agentes de la ANSV verifican tanto la licencia física como su versión digital en la app Mi Argentina. Ante cualquier duda, contrastan los datos en el sistema nacional para confirmar si el documento existe, está vigente y coincide con la información del titular.
Las irregularidades más frecuentes en licencias truchas son tintas que no reaccionan a la luz ultravioleta, errores en los datos impresos o la falta del código de seguridad individual. La Licencia Nacional de Conducir original incluye todas estas medidas de verificación, además del número de insumo único otorgado por el sistema SINALIC.
Al recordar estas pautas, la ANSV insistió en que la licencia no es un simple plástico, sino la certificación de que un conductor está en condiciones técnicas y legales de circular. Usar una falsificada no solo es un delito: también pone en riesgo a todos los que comparten la ruta.



